En el número 77 de la calle de Francisco Pimentel, por el rumbo de la colonia San Rafael, en la ciudad de México, nace Bernardo Quintana Arrioja el 29 de octubre de 1919 a las 20:10 horas, de esta manera, la ciudad de México aumenta en uno el número de sus habitantes, también se incrementa, aunque en una progresión de ritmo mucho más lenta, la lista de sus visionarios y amantes. Bernardo Quintana Arrioja nace, crece y muere en una ciudad compleja que se transforma con rapidez. Durante 64 años la habita, la transforma, la mejora, la padece, pero más que nada, como todo buen amante, le deja una profunda huella en el lenguaje que domina: obras de ingeniería civil. Construcciones que contribuyan a crear un mundo más habitable. Bernardo Quintana Ávalos y Ana Arrioja Isunza oriundos del estado de Puebla, forman un matrimonio que pertenece a una clase social afectada como tantas otras por la revolución mexicana, no toman parte en ningún bando, los padecen a todos. Él es un eficiente empleado de la United Shoe & Leather Co., empresa del ramo del calzado, ella es concertista de piano dedicada a su familia, ambos aplican con sus hijos las tesis de la superación personal y el cumplir con el deber consigo mismo, con la familia y con la patria. Dos acontecimientos en la adolescencia de Bernardo Quintana fueron de gran importancia para él en esa época. Uno es el que abre otra etapa de su vida social, el inicio de su participación en el club deportivo social Wachachara. El otro, sin lugar a dudas de mucha mayor relevancia para su vida personal, fue el encuentro con la mujer que habría de ser, pasados seis años de noviazgo, su esposa y compañera a lo largo de su vida. Este encuentro se dio en una fiesta donde fueron presentados. Martha Rosa Isaac Ahumada de apenas 12 años y Bernardo de 15. Semanas después, el 4 de julio de 1934 se hicieron novios. Bernardo y Martha tenían hecha su elección del uno por el otro, el problema consistía en cómo comunicárselo a sus padres. Don Bernardo y doña Anita confiaban en que su hijo mayor terminaría su carrera antes de contraer matrimonio, aun cuando el noviazgo llevará ya seis años de planes e ilusiones. La noticia no fue ciertamente del agrado de sus padres, pero conociendo la voluntad férrea de su hijo decidieron cambiar la angustia inicial por un apoyo siempre creciente. La fecha para la boda se estableció el jueves 4 de julio de 1940, día en el que iniciaron su noviazgo en 1934 y que Bernardo consideraba como su día de suerte. La misa, la fiesta, la foto, el pastel, los regalos... se dieron como un sueño vertiginoso, después el viaje de bodas fue un apresurado paseo a Cuernavaca y Taxco durante el fin de semana, ya que regresaron el domingo 7, dia de votación para elegir al presidente de México, para que el lunes siguiente Bernardo se presentara con sus clases preparadas, pero sobre todo, preparado para asumir la responsabilidad de encabezar una nueva familia, seguro y orgulloso de haber hecho la mejor elección. El 5 de agosto de 1941 nació Bernardo Quintana Isaac, primogénito del matrimonio. Al igual que su padre, estudió también ingeniería civil. Es casado, sus hijos son: Ana Alejandra, Bernardo, Diego, Alonso, Andrea, Rodrigo y Jerónimo. En sus palabras una semblanza de su padre: "Su ser triunfador siempre estuvo equilibrado por ese mantenerse con los pies en el suelo, por un sentido objetivo de la realidad que se empeñaba en transmitirnos siempre, con el ejemplo de una vida sencilla y austera. Esa sencillez resume lo que fue su vida en familia: como formador exigía de los suyos una conducta abierta, simple, sin complicaciones; sinceridad en el hablar y en el obrar, condición indispensable para mantener la tranquilidad y la paz de conciencia que constituyen el suelo propicio para ir sembrando la semilla para un desarrollo de las facultades de cada quien y la certeza de la rectitud del camino a seguir." En julio de 1943 termina su casa en Xola 1710 en la colonia Narvarte. Es una casa bien proyectada y funcional. El garage y la bodega se destinaron como despacho de trabajo para el grupo de camaradas. El estudiante Bernardo Quintana decidió iniciar la carrera de arquitecto al concluir la de ingeniero, así que en este año en que era esposo, padre, constructor y empleado también fue estudiante y finalmente egresado. Además de todo este amplio rango de actividades habría que agregar las no menos arduas de ser aficionado devoto a las corridas de toros, los partidos de futbol y los encuentros de box. El 30 de abril de 1952 nace Marta, primera hija del matrimonio Quintana Isaac. Marta es fotógrafa y editora. Casada, tiene tres hijas: Tania, Marta Tamara y Ana Laurencia. Marta rememora la figura de su padre: "Mi padre pertenecía a la primera generación postrevolucionaria. Su infancia estuvo sumergida en la aristocracia porfiriana. Entonces, entre el Colegio Franco Inglés y la Escuela Nacional Preparatoria, asumió un cambio generacional histórico. Así adoptó, hasta el estoicismo la filosofía revolucionaria en boga: 'Voy a hacer por mi país, ser por mi país y crecer por mi país' -dijo alguna vez.- Era su modo de asumir el sentido de la responsabilidad. Su característica más visible era la vocación de entrega, insisto: su sentido estóico, casi trágico de ofrendar su tiempo todo, su energía y finalmente su salud en aras de sus sueños. De sus sueños hechos realidad." María Isabel, nació el 8 de julio de 1954. Estudió y se graduó en Italia como maestra en el método pedagógico de María Montessori. Dirige su escuela en donde se imparten clases a preescolares aplicando ese método. Casada. Sus tres hijas son Jimena Isabel, Nuria Isabel y Paulina Isabel. María Isabel recuerda a su padre: "...como persona sumamente responsable, hacia nuestro país más que nada. Él fue alguien muy positivo, quién siempre buscó respuestas para cualquier problema que veía en la ciudad. Era muy emprendedor, rara vez se mostraba cansado, al contrario, siempre manifestaba entusiasmo en lo que hacía. Tenía muchas cualidades, lograba lo que se proponía, que es lo que más admiro de él." La tercera niña de la familia es Claudia, quien nació el 7 de mayo de 1956. Se graduó como actuaria. Está casada y tiene cuatro hijos: Claudia, Mayela, Ernesto y Santiago. Claudia Quintana evoca a su padre: "Mi papá era la figura más importante en la casa, cuando él llegaba o estaba cerca de nosotros todo cambiaba, nos portábamos mejor, era una gente con mucha personalidad y mi mamá hacía que nos portáramos bien, no nos metíamos en su cuarto, lo veíamos muy poco, yo creo que los más chicos fuimos los que menos convivimos con él, porque cuando éramos pequeños, él vivía en la oficina." El 1 de enero de 1959 nace Cecilia Quintana Isaac, la quinta de los hijos de don Bernardo y doña Martha y la cuarta y menor de las mujeres. Cecilia es licenciada en Administración de Empresas. Casada. Tiene cinco hijos: Ana Cecilia, Lorenzo, Carolina, Sofía y Regina. Cecilia Quintana al recordar a su padre lo describe así: "Era relajado, tranquilo, serio, cariñoso; sin ser muy expresivo era cariñoso. También era muy activo, deportista, siempre estaba haciendo algo, no le gustaba perder el tiempo, era muy considerado, en los momentos que se necesitaba estaba en casa. Con mi mamá también fue muy considerado, siempre le dio su lugar." Luis Quintana, el menor de los hijos de Bernardo Quintana, nació el 16 de diciembre de 1961. Casado. Sus hijos son Luis Fernando y María. Luis Quintana habla de su padre: "Lo mejor de su lado positivo era la sencillez. Solamente con la gente que no se enfocaba a estudiar o a trabajar fuertemente, se ponía él en conflicto. No concebía a una persona que no se metiera con absoluta entrega a una actividad... Él nos educó para entender que las satisfacciones de la vida no están ni en el dinero ni en los lujos ni en los vicios. Las únicas satisfacciones válidas son las que vienen de tu trabajo. No hay más." Para festejar sus 50 años se organizó una gran fiesta, la cual cada 20 de agosto (día de San Bernardo) se repetía. Bernardo Quintana Isaac, habla así de las reuniones que acostumbraba realizar su padre: "Se sentía feliz cuando lograba que su casa fuera el centro de reunión de sus propios amigos y los amigos de sus hijos. Gracias a la organización y al sentido del orden tanto de papá Bernando como de mamá Marthita, como les llamaban sus nietos, la casa de la calle de Colegio se convirtió en sede oficial de todo tipo de acontecimientos: bautizos, fiestas infantiles, bodas. Era el club de todos, por el ambiente acogedor y apacible que se respiraba, por el sentimiento de que en Colegio todos éramos importantes y el que la casa estuviera llena de gente colmaba su deseo de compartir, sus gamas de convivir y la satisfacción de constatar lo enorme de su atractivo como cabeza de familia, como apoyo de todos, como líder." El ingeniero Bernardo Quintana Isaac, recuerda a su padre como un: "Hombre positivo en el pensar, hizo de su vida familiar un ejemplo; la predicación constante, sin sermones, de que se produce respeto a los demás por las propias convicciones, viviendo siempre de acuerdo con ellas. Que sólo se puede exigir cuando primero se ha infundido la confianza de lo que se puede lograr y se hace con la delicadeza y el modo invariablemente gentil que él tenía. Ésta fue su mayor herencia: el ejemplo de una vida siempre apegada a sus valores. El testimonio viviente de que la felicidad, el triunfo y la tranquilidad se encuentran cuando se es fiel a los principios y convicciones." La última batalla, la que fatalmente todos tenemos que dar; el último reto también lo ganó Bernardo, con auténtica vocación de grandeza: -Muere sin haber estado enfermo. -Sin que su imagen física pierda majestad. -Muere en la cúspide de su vida triunfal. -Cuando su hermosa familia era ya adulta y estaba felizmente ubicada en la vida de su nueva generación. -Cuando había unificado, con unanimidad desusada en nuestro país, la admiración, el respeto y el cariño a su nombre. -Muere con oportunidad y muere con grandeza. |