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 "No es posible; es menester ir hacia adelante, es decir, avanzar paso a paso, adelantando en la decadencia (esta es mi definición del progreso moderno)..."

Nietzsche.

El crepúsculo de los ídolos.

 

 

Los mitos del progreso y desarrollo

Desarrollo económico. ¿Para qué?; ¿Para quiénes?

Vueltas, vueltas y más vueltas, todos le dan vueltas al desarrollo. Los economistas y los sociólogos, los ingenieros y los físicos, los reaccionarios y por supuesto todos los revolucionarios, sin faltar los políticos desde luego, los insaciables agentes de la acumulación capitalista y los obreros sindicalistas militantes de vanguardia, los líderes charros y de los otros también, los policías y los intelectuales, los curas, los estudiantes...


Cada uno reclama para sí la única y verdadera concepción del desarrollo, pelean por su inmediata implantación, rebaten ferozmente al enemigo de clase o de criterio, insisten en poseer los secretos del "genuino desarrollo" y los planos, a la Rostow, de las etapas y los caminos para llegar a él. Se ubican en cualquiera de las dos corrientes antagónicas que el enfoque marxista propone: "..la primera de ellas está constituida por los promotores de un capitalismo reformado que se convierten, en la posguerra, en ardientes propagandistas del desarrollismo como salida de conciliación entre la supervivencia del capitalismo y la creciente presión social que exige una mayor equidad en la distribución de los beneficios de la producción....La segunda linea del pensamiento que propone la idea del desarrollo proviene de la corriente marxista, que supone la posibilidad de controlar y racionalizar la evolución de la economía, siempre y cuando sea dentro de un contexto social y político adecuado.."
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Indudablemente el cuestionamiento de tan polémico tema de una manera profunda y concluyente está muy lejos de los alcances de este trabajo, sin embargo mi intención fundamental para abordario es contribuir a demostrar que estos modelos paradigmáticos del desarrollo económico a través de la industrialización ecocida del planeta tiene como propósito fundamental garantizar la acumulación capitalista en beneficio de cada vez más pocos, mediante la repugnante reducción de la pluralidad de culturas y el destino mismo de los hombres todos a un solo modelo: la sociedad industrial.


Esta creencia fomentada por los que se autonombran como los desarrollados ha creado el afán desarrollista entre los que aceptan resignadamente su propio "subdesarrollo" por convicción o vil imposición, a tal punto que; "...la prisa por "desarrollarse", por lo demás, me hace pensar en una desenfrenada carrera para llegar más pronto que los otros al infierno.."
2 O bien como definiera Nietzsche el progreso moderno, como ese camino inexorable de la decadencia, el desarrollo económico como un eufemismo que oculte la inmanente decadencia del capitalismo mundial. "...No es posible; -dice Nietzsche- es menester ir hacia adelante, es decir, avanzar paso a paso a paso, adelantando en la decadencia." 3.


En suma, mi intención es caracterizar en este capítulo al desarrollo económico como un mito, el que hace las veces de un acicate en las relaciones de dominación y explotación mediante las cuales las metrópolis imperialistas justifican y perpetuan la dependencia de sus colonias, a nombre de tan "anhelado desarrollo", pero teniendo sumo cuidado de evitar el ser evidenciadas como las únicas beneficiarias de él.

El mito del desarollo económico

El polémico economista brasileño Celso Furtado, publicó allá por 1975 una breve colección de ensayos sobre el tema que nos ocupa, de estos me he permitido entresacar aquellos párrafos que considero como los más significativos, aunque no por esto menos discutibles.


"Los mitos -dice Furtado- han ejercido una innegable influencia sobre la mente de los hombres que se empeñan en comprender la realidad social. Desde el "bon sauvage" con el que soñaba Rousseau hasta la milenaria idea de la desaparición del estado, en Marx, desde el principio populacional de Malthus, hasta la concepción walrasiana del "equilibrio general", los científicos sociales siempre han buscado apoyo en algún postulado enraizado en un sistema de valores que raramente llegan a hacer explícito. El mito congrega un conjunto de hipótesis que no pueden ser verificadas...La función principal del mito es orientar a nivel intuitivo, la construcción de lo que Schumpeter llamó la visión del proceso social, sin la cual el trabajo analítico no tendría ningún sentido.


La literatura sobre el desarrollo económico del último cuarto de siglo nos da un ejemplo meridiano de ese papel rector de los mitos en las ciencias sociales; por lo menos el 90% de lo que ahí encontramos se basa en la idea, que se da por evidente, según la cual el desarrollo económico, tal como viene siendo practicado por los países que encabezaron la revolución industrial, puede ser universalizado. Más precisamente, se pretende que el nivel de consumo de la minoría de la humanidad, que actualmente vive en los países altamente industrializados, es accesible para las grandes masas de la población que forman el llamado tercer mundo."
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Estas ideas constituyen con seguridad una prolongación de la idea del progreso
5, elemento esencial en la ideología rectora de la revolución burguesa, dentro de la cual, o mejor aún a partir de la cual se desarrolla la actual sociedad industrial.


Más adelante Furtado pasa a examinar el conocido estudio de Los límites del crecimiento
6 - preparado por un grupo interdisciplinario del Instituto tecnológico de Massachussetts, (MIT) para el llamado Club de Roma (agrupación de los países ricos "preocupados" por los recursos del planeta). Después de aclarar sus diferencias tanto metodológicas como en las conclusiones, señala que gracias a este estudio (y de otros después de él) "..Por primera vez disponemos de un conjunto de datos representativos de aspectos fundamentales de la estructura y de algunas tendencias generales, de lo que se comienza a designar como sistema económico planetario.." 7.


Apunta posteriormente uno de los hechos interesantes evidenciados por este estudio y es "..que la economía norteamericana tiende a ser cada vez más dependiente de recursos no renovables producidos en el exterior del país.."
8 que algún día se sintiera como el más poderoso de la tierra. Otro señalamiento sobre este estudio es el hecho de abandonar la tradicional hipótesis económica de un sistema abierto en lo concerniente a la frontera de los recursos naturales y preguntarse el "...¿qué sucedería si el desarrollo económico, hacia el cual están siendo movilizados los pueblos de la tierra llega realmente a concretarse, es decir si las actuales formas de la vida de los países ricos llegan efectivamente a universalizarse? La respuesta a esta pregunta es clara, sin ambigüedades; si ello sucediese, la presión sobre los recursos no renovables y la contaminación del medio ambiente serían de tal orden que el sistema económico mundial entraría necesariamente en colapso.."9 (Subrayado mío) Este sistema económico mundial estructurado por y para el capitalismo se colapsaría -según este estudio- no por las condiciones de explotación, que este mismo sistema posee, sino por sobrepasar el "límite" de soporte ambiental que los "impactos" descargados sobre él generan.


Este mismo sistema económico determinado por el proceso de acumulación del capital monopolista financiero-industrial, tiende cada vez más a ampliar el foso entre un centro en creciente homogeneización y una gran cantidad de economías periféricas o dependientes cuyas disparidades continúan aumentando.


Las diferencias entre los "desarrollados" y los "subdesarrollados" son medidas en términos planteados por los propios "desarrollados", esto es, el incremento del PIB acompañado por el sostenimiento de la tasa de ganancia, mediante la productividad y la eficiencia del tecno-fascismo "racional y científico". Esta diferenciación entre paises ricos y pobres es hecha en ocasiones como una extrapolación de la propia estructura interna de las formaciones sociales "subdesarrolladas", esto es, como una proyección de las clases sociales a nivel internacional.


Las informaciones disponibles en relación a la distribución del ingreso ponen en evidencia -a pesar de lo discutibles y poco confiables- que la porción de la población que reproduce los patrones de consumo de la clase privilegiada de las metrópolis imperialistas es sumamente reducida.
Por ejemplo, se dice
10 que el 16 % del total de la población mundial acapara el 70 % del ingreso disponible, en tanto que el 54 % de la población del mundo se ve obligada a subsistir con apenas el 9 % del ingreso mundial.
En el caso de México, según un conocido trabajo
11 el panorama no es nada halagador, la estimación de población 72.4 es ligeramente superior en casi 4 millones a las cifras preliminares del censo de 1980, sobre este total, la autora supone que el 10 % de las familias pertenecientes al estrato más alto recibirían o mejor aún, acapararían el 51.3 % del ingreso total disponible, y su ingreso promedio sería superior en 46 veces del 20 % de las familias del estrato más bajo.


El mismo Furtado señala que "...el nivel de ingreso de la población de los países céntricos es, en promedio, casi diez veces más elevado que el de la población de los países periféricos. Por lo tanto, la minoría que en esos países reproduce las formas de vida de los países céntricos debe disponer de un ingreso diez veces mayor que el ingreso per cápita del propio país. Más precisamente, la porción máxima de la población del país periférico en cuestión que puede tener acceso a las formas de vida de los países céntricos es el diez por ciento. En este caso límite, el resto de la población (90 %) no podría sobrevivir, pues su ingreso sería de cero. En el caso típico de la presente situación en la periferia, entre un tercio y la mitad del ingreso es apropiada por la minoría que reproduce las pautas de vida de los países céntricos y la otra parte (entre la mitad y los dos tercios= se reparte en forma más o menos desigual entre la masa de la población; en ese caso, la minoría privilegiada no puede ir mucho más allá del 5 % de la población del país... El aumento relativo del número de privilegiados de los países periféricos no impide, sin embargo, que se mantenga y ahonde el foso que existe entre ellos y la gran mayoría de la población de sus respectivos países. en efecto, si observamos el sistema capitalista en su conjunto vemos que la tendencia predominante es en el sentido de excluir a nueve personas de cada diez de los beneficios del desarrollo... y en los países periféricos la tendencia es a excluir diecinueve personas de cada veinte..."
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Estas mediciones comparativas, en las que se calcula y recalcula el coeficiente de Gini y otras sofisticaciones analíticas, tienen como una velada intención el convencernos en que si queremos (?) ser realmente como los países "desarrollados" deberemos acercarnos a su producto per cápita o su patrón de distribución del ingreso. Y digo una velada intención por que la hipótesis de generalización, en el conjunto del sistema capitalista de las formas de consumo que prevalecen actualmente en los países céntricos, no tiene cabida dentro de las posibilidades evolutivas aparentes de este sistema. Esta es una de las razones por las cuales "rupturas cataclísmicas" como las planteadas por el grupo de los "Límites del crecimiento", carecen de fundamento. El interés principal aportado por ese estudio es que proporciona una demostración cabal de que el estilo de vida creado por el capitalismo industrial será siempre privilegio de una minoría. El costo en términos de la depredación del mundo generada por ese estilo de vida es de tal modo elevado, que cualquier intento de generalizarlo llevaría necesariamente al colapso de la "civilización industrialista" poniendo en peligro las posibilidades de supervivencia de la especie humana. Tenemos así la prueba de que el desarrollo económico, la idea según la cual los pueblos pobres podrán algún día disfrutar de las actuales formas de vida de los pueblos ricos, o mejor aún, de las minorías de estos pueblos es simplemente irrealizable. De tal modo que los "subdesarrollados" nunca serán "desarrollados" en el sentido de semejantes, a las economías que forman el actual centro del sistema capitalista mundial.


Así que el estudio de los Meadows, es uno de esos raros casos en los que al imperialismo le sale el tiro por la culata, pues es precisamente un sofisticado modelo de simulación, mediante "apantallantes" sistemas de ecuaciones diferenciales resueltos en poderosas computadoras del MIT (ese valioso baluarte de imperialismo), el que ha contribuido -aunque, repito, no haya sido ese su propósito- a destruir o desmitificar el mito del desarrollo económico, seguramente uno de los pilares de la doctrina que sirve para encubrir la dominación de los pueblos de los países periféricos por el imperio capitalista.

 

El desarrollo: Dos tendencias dominantes y una multitud de alternativas

En este apartado me encargaré de comentar las dos tendencias dominantes, contrapuestas, y sin embargo con el denominador común de ofrecer caminos en apariencia diferentes, para la colonización del futuro, a nombre del pasado. Estas dos versiones dominantes del desarrollo, que obnubilan todavía para el grueso de la población, la multiplicidad de alternativas subyacentes en el saber-hacer de individuos relativamente libres, de los "unos" afines y diferentes tal y como son entendidos en otro apartado de este mismo trabajo.


Estas dos tendencias que difuminan por lo pronto cualquier proyecto autogestionario, y que si bien representan los dos proyectos dominantes del futuro desarrollo, no son desde luego más que dos de los muchos futuros posibles, o sea el tecnofacismo del capitalismo industrialista o bien el "socialismo" que en lugar de debilitar el poder del estado, lo refuerza para sobrevivir.


En primer término, esos pensadores desde la mentada y lamentada "Alianza para el progreso" de los años 60, hasta los actuales intermediarios del FMI, con su "Alianza para la producción" y acumulación de capital, para quienes la clave del bienestar y el progreso, está en el desarrollo económico del industrialismo democrático, el que se logrará mediante el Plan Nacional de "Desarrollo" (en turno).


Kousoulas, un desconocido economista griego, publicó a finales de la década de los 50 una serie de ensayos a los que dio el título de "La clave del progreso económico", en los que deslumbrado por las ventajas que el sistema norteamericano representa para los pueblos "atrasados" del mundo, propone adoptar lo que llama el "capitalismo de nuevo estilo", que puede ser fácilmente exportable mediante "..Instituciones económicas, adaptables con facilidad en naciones con muy diversos recursos y características.."
13 instituciones que permitirán a estos "pobres" y "desdichados" pueblos sumidos en el atraso, construir un futuro "mejor" y esto mediante las "..fuentes de la fortaleza económica de los E.U. entre las que señala- la producción en serie con un pequeño beneficio por unidad, el amplio poder adquisitivo de las mayorías, la búsqueda de hombres de talento, el nuevo modo de pensar de los industriales.."14 y otras maravillas por el estilo.


Unos cuantos años después que el paisano de Onasis publicara estas "reflexiones" compartidas por tantos entonces, durante la administración Kennedy, se proponía a los países de América Latina la realización de "..un esfuerzo de magnas dimensiones para asegurar el cumplimiento de nuestro plan (la ALPRO) para una década de progreso.."
15 claro que en ningún lugar de su discurso Kennedy aclaró el progreso de quién. Uno de los ideólogos más activos de este progreso (obviamente el de la minoría privilegiada de los E.U.) fue un expresidente de la fundación Rockefeller y posteriormente secretario de estado del mismo presidente Kennedy, el Sr. Dean Rusk, para quien la ALPRO constituía "una parte concreta de un todo indivisible y abstracto" (SIC). El argumento principal de este conocido súbdito del capital transnacional, es el de la "libertad" de los hombres y las naciones, mediante el "..aliento y vigorización de dos fuerzas que son producto de nuestra civilización occidental: La libertad política, nacional e individual y el afán por el desarrollo económico.." 16 Esta miserable "libertad" de la que habla Rusk, entre los hombres y las naciones, y que repiten incansables sus corifeos, es uno de los fundamentos ideológicos del afán por el desarrollo económico que distingue a nuestra civilización occidental. Esa misma civilización que encuentra en la revolución francesa, el ascenso de la razón totalizadora y unificadora, la libertad, la igualdad y la fraternidad en la más idealista y romántica de las acepciones posibles. La libertad del convento o del cuartel en donde todos los miembros son iguales (?). La libertad de explotar y dominar, la libertad de imposición, la libertad de lucro y de despojo, estas "libertades" tan apreciadas en el occidente democrático y católico al que alude Rusk.


Steere D.V.
17 supone que el modelo occidental de vida desahogada es lo que constituye la aspiración de los países en vías de desarrollo y que simplemente basta con poner en sus manos la tecnología adecuada para salir del desarrollo a la mitad o subdesarrollo, al establecer que "...por primera vez en la historia del mundo las herramientas tecnológicas existen ya para hacer posible la colocación de un piso mínimo bajo los requisitos elementales de alimento, albergue, atención médica y educación, si estas herramientas se usan adecuadamente... este método de introducción de cambios técnicos debe, por si mismo elevar la dignidad de aquellos que lo reciben; que este método debe ser por si mismo un proceso educacional, que deje a la gente con un sentido más grande de su propia dignidad, y confianza mutua". Este mismo autor distingue que la modernización tecnológica ha producido efectos marginales indeseables entre los que distingue "la atracción centrípeta de la población a las grandes ciudades... la rápida urbanización con todas sus agonías, que parece acompañar la introducción de la industria moderna..."18


Estos planteamientos que parecen reducir el problema del desarrollo a una simple transferencia de tecnología, como una dádiva generosa de los que se autonombran "desarrollados" para los países "pobres", es realmente una política de perpetuación de la dependencia, al imponer procesos productivos de "alta tecnología" en formaciones sociales donde se niega de antemano las tradiciones y patrones culturales locales para imponer de una manera brutal la gran industria necesaria para la acumulación capitalista. Estas imposiciones se muestran de una forma patente en las industrias relativas a la energía nuclear o aún incluso en la industria automotriz o las de electrodomésticos.
El profesor R. Barre en una difundida obra propone distinguir entre desarrollo y crecimiento al advertirnos que "..no debemos confundir estos dos términos, pues nuestra atención se desviaría de los factores que propician al desarrollo, para centrarse en las condiciones que permitan el crecimiento sin amplias fluctuaciones de la actividad económica y de la ocupación.."
19. Posteriormente trata con marcado énfasis las características de los países subdesarrollados, y de los métodos utilizables para arrancarlos de su atraso.


Él mismo propone algunos rasgos para caracterizar las economías subdesarrolladas como: la escasa industrialización, población en rápido crecimiento, mortalidad alta sobre todo infantil, bajo ingreso per cápita etc. Distingue dos características básicas en la estructura de las economías subdesarrolladas. La primera es el predominio de las actividades primarias sobre los otros sectores productivos pues "...la mayor parte de la población activa se encuentra en la agricultura y explotaciones mineras; mientras que el sector industrial no emplea sino una parte pequeña de la fuerza de trabajo, mientras que en muchos casos se registra un crecimiento anormal y malsano del sector terciario.."
20. Por otra parte la producción interna es predominantemente de "..productos agrícolas que cubren la subsistencia de la población.. y sus exportaciones se concentran en algún o algunos productos básicos (agrícolas o mineros) poniendo de relieve el carácter paradójico de la especialización de los países subdesarrollados... La especialización es muy grande con respecto al comercio exterior, pero es muy pequeña en relación con el mercado interno, de modo que estos países deben importar del extranjero ciertos productos de consumo que no pueden producir ellos mismos.."21.

La segunda característica de las estructuras económicas subdesarrolladas es una estructura dual, por un lado un sector precapitalista; esencialmente autóctono, donde reinan la economía de subsistencia y el trueque, y por el otro un sector capitalista en el que distingue: "..un capital extranjero dedicado a la industria o al comercio exterior, y un capital autóctono, escasamente industrial y sobre todo comercial y especulador.."22

Más adelante señala dos aspectos del funcionamiento de las economías subdesarrolladas:
1.-) La inestabilidad, en la producción, en las exportaciones, y en las relaciones de precios del intercambio.
2.-) La dependencia en las relaciones de importación de bienes manufacturados, en servicios y en capital. Finalmente propone como objetivos para el logro del desarrollo económico:
a.- La formación de los hombres y del medio social "..nunca se destacará suficientemente el coraje y la razón de que deben disponer las élites de un país subdesarrollado para asumir las evoluciones necesarias
b.- La integración de la economía "..mediante el desarrollo de medios de comunicación y transporte, así como de una amplia red de instituciones de crédito especializadas.."
c.- La diversificación de la economía a partir del "..desarrollo de actividades económicas múltiples que se sostienen mutuamente y suscitan una demanda suficiente para sostener el desarrollo posterior de la economía.."
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Por último y entre las recomendaciones generales para la obtención del desarrollo, este minucioso autor pide: "..la difusión en todas las clases de la sociedad de concepciones favorables al crecimiento y al progreso..." ¡Más claro ni el agua del excusado! ¿No le parece lector?


A pesar de la existencia de una cantidad inconmensurable de autores, a favor del desarrollo económico del capitalismo, creo que bastan los autores antes reseñados para dar una visión, si bien no pormenorizada, si al menos que permita distinguir algunos de los elementos de los discursos del capitalismo de nuevo estilo, como decía Kousolas, en el que "la libertad de los hombres y las naciones" permite al "industrialismo democrático" de "nuestra civilización occidental" ofrecer un "alto nivel de vida"(?) a las "mayorías". Hemos visto también como se ha caracterizado la estructura y las funciones de las economías subdesarrolladas, así como los procedimientos para salir de la pobreza y el atraso en que se encuentran los países periféricos.


La sección presentada a continuación, de ninguna manera pretende ser antimarxista, como ligera y despectivamente se le ha calificado, por quienes apenas la hojean, "huelen" en la autocrítica la reacción, y acusan en las diferencias de criterio al enemigo de clase.


En los siguientes autores simplemente pretendo señalar algunos puntos divergentes en relación a una concepción ideológica que mezcla elementos del marxismo con el desarrollismo, a tal grado que tampoco algunos "marxismos" permiten luchar abiertamente contra el sistema capitalista pues siguen manteniendo, en contra de algunas juveniles manifestaciones del mismo Marx, la posibilidad de un poder-estado desligado del capital y atareado en combatirlo, absurdo teórico que la práctica histórica de los socialismos hasta ahora existentes se ha encargado de desmentir.
Marx mismo -dice Savater- "..sigue pensando desde el TODO y lo que aspira a construir es un TODO con un sistema distributivo diferente, sin siquiera modificar realmente el productivo-reproductivo. El invento de las clases sobre todo de la clase redentora que debe convertir revolucionariamente sus aspiraciones en el proyecto de un nuevo TODO está mucho más ligado a la preparación de la nueva clase dirigente, que al análisis científico de la sociedad. La igualación de la oportunidades alza una proyección del resentimiento a delirio burocrático, convierte la fraternidad en abyección por decreto y, dado que fracasa incesantemente, autoriza un aumento desmesurado de los controles, la coacción, la planificación y en resumen, el reforzamiento decisivo del capital de poder que es el estado. Así el marxismo se reduce a una nueva forma de gestión autoritaria del estado industrial (presente y futuro), o a una protesta de tintes proféticos.."
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Esta cita panfletaria cuestionando tan abiertamente la "ciencia" del marxismo dogmático, seguramente despertará reacciones de rechazo absoluto e inmediato por parte de aquellos lectores que no pertenezcan a la escasa cohorte de los incómodos escépticos de siempre, o de ciertos rebeldes trasnochados, si es que por ahí queda todavía alguno.


La negación implícita en el párrafo que antecede será indudablemente tachada de irracional porque no encuentra su lugar en el contexto afirmativo del racionalismo científico-tecnológico, que manejan por igual los mantenedores del orden y los revolucionarios, contagiados de idéntica positividad. Dado que "..Una nueva y exigente fe postula que el adjetivo científico es sinónimo de "verdadero" y la Verdad que en un tiempo se identificó con el Bien y la Belleza se iguala ahora con la Eficacia Industrial... Lo científico recubre eficazmente el ámbito de lo racional, de tal modo que cualquier crítica le vendrá desde el oscuro mundo de la sinrazón; La ciencia, como la otra divinidad, es una totalidad que se explica por si misma y cuya negación es locura. A los que planteen preguntas incontestables o señalen las contradicciones inherentes al sistema se le negará respuesta, arguyendo que consideraciones metodológicas prohíben su pregunta o excusan la contradicción; el Método y sus exigencias viene a dejar el hueco dejado por la desprestigiada Voluntad de Dios..."
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Es pues contra este cientificismo imperante que este trabajo se levanta para denunciar a quienes han hecho del intelecto, separado de la pasión y la acción, un renglón más en la nómina de pagos del ORDEN VIGENTE.


Es pues contra los exégetas dogmáticos del marxismo contra quienes estas notas van dirigidas y no, entiendase bien, contra esas gentes sencillas y valientes para quienes el ser marxistas significa luchar por la autodeterminación radical de la comunidad humana, contra el autoritarismo y la explotación que propician las instituciones estatales; significa también luchar contra las pirámides burocráticas de los partidos que no aspiran más que a una reproducción infinita de los mismo. Es junto con estos "marxistas", que no son científicos, ni metódicos, que quizá ni siquiera han leído a Marx, ni falta que les hace, para quienes y junto con los cuales deseo trabajar. De ahí mi intransigente aversión al marxismo dogmático, a cuyos seguidores daré el nombre de "marxianos" en irónica referencia a los seguidores de Cristo o cristianos. Porque dogma es, -señala Bunge- "..por definición, toda opinión no confirmada de la que no se exige verificación por que se la supone verdadera y, más aún, se la supone fuente de verdades ordinarias.."
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Por esto mi irreverente atrevimiento de comentar parodiando al "marxismo" como un dogma que continua al cristianismo del democrático occidente. Pues el sucesor del mesias anunciante del "reino de Dios" es ahora el profeta del "reino de la Libertad", mediante la nueva iglesia (el partido) y con el moderno evangelio, o sea, la "Ciencia de la Historia", la que provee de la única y correcta interpretación de la sociedad y su devenir, ya no para la simple interpretación del mundo, sino para su transformación revolucionaria, para obtener el tan anhelado progreso.
"Hasta ahora, los hombres se han formado siempre ideas falsas acerca de si mismos, acerca de lo que son o debieran ser. Han ajustado sus relaciones a sus ideas acerca de Dios, del hombre normal, etc. Los frutos de su cabeza han acabado por imponerse a su cabeza. Ellos los creadores, se han rendido ante sus criaturas." Con estas paradójicas lineas inician Marx y su apóstol Engels, el prólogo de su ideología Alemana o "critica de la novísima filosofía alemana en las personas de sus representantes Feuerbach, B. Bauer y M. Stirner, y del socialismo alemán en las de sus diferentes profetas."


En esta una de sus primeras obras juntos, Marx y Engels realizan una crítica demoledora de los pensadores idealistas contemporáneos a ellos, contribuyendo a deslindar con claridad meridiana la contraposición entre las concepciones idealistas y la materialista. Comienzan por aclarar que las premisas de que han partido "..no tienen nada de arbitrario, no son ninguna clase de dogma, sino premisas reales, de las que solo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas que se han encontrado como las engendradas por su propia acción. Estas premisas pueden comprobarse, consiguientemente por la vía puramente empírica... La primera premisa de toda historia humana es, naturalmente la existencia de individuos humanos vivientes.."
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Hecha esta lúcida aclaración pasan a distinguir al hombre de los animales "..a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso este que se halla condicionado por su organización corporal. Al producir sus medios de vida, el nombre produce su propia vida material." Para más adelante dejar establecido que "..el modo como los hombres producen sus medio de vida depende ante todo, de la naturaleza misma de los medios de vida con que se encuentra y que trata de reproducir. Este modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción de la existencia física de los individuos. Es ya más bien, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos... lo que son coincide por consiguiente, con su producción, tanto con lo que producen como con el modo como producen. Lo que los individuos son depende, por tanto de las condiciones materiales de su producción.."28

De este párrafo han extraído los marxianos que la producción es no sólo la principal, sino la determinante del resto de las actividades humanas, llegando a identificar lo que somos, con lo que producimos. Esta determinación que ha logrado obtener el grado de acto de fe, es repetida con insistencia por académicos y militantosos para dar origen al llamado economicismo. Una de las más extendidas variantes del dogmatismo marxiano.


"Las relaciones entre unas naciones y otras -continúan Marx y Engels- depende de la extensión en que cada una de ellas haya desarrollado sus fuerzas productivas, la división del trabajo y el intercambio interior. Es este un hecho generalmente reconocido. Pero no solo las relaciones entre una nación y otra sino también toda la estructura interna de cada nación depende del grado de desarrollo de su producción, y de su intercambio interior y exterior. Hasta donde se han desarrollado las fuerzas productivas de una nación lo indica del modo más palpable el grado hasta el cual se ha desarrollado en ella la división del trabajo. Toda nueva fuerza productiva, cuando no se trata de una simple extensión cuantitativa de fuerza productiva ya conocida con anterioridad trae como consecuencia un nuevo desarrollo de la división del trabajo.


La división del trabajo dentro de una nación se traduce, ante todo, en la separación del trabajo industrial y comercial con respecto al trabajo agrícola y con ello en la separación de la ciudad y el campo, y en la contradicción de intereses de una y otra. Su desarrollo ulterior conduce a la separación del trabajo comercial del industrial. Al mismo tiempo, la división del trabajo dentro de estas diferentes ramas acarrea, a su vez, la formación de diversos sectores entre los individuos que cooperan en determinados trabajos... Las diferentes fases del desarrollo de la división del trabajo son otras tantas formas distintas de la propiedad; o dicho en otros términos, cada etapa de la división del trabajo determina también las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material, el instrumento y el producto del trabajo.
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De los pasajes precedentes se puede esbozar una primera aproximación de una noción del desarrollo ligada a las condiciones materiales de la producción, esto es de las fuerzas productivas, del intercambio, de la división del trabajo, del enfrentamiento campo-ciudad, en suma de los que los modernos llamarían llanamente como "desarrollo económico".


Esta primera aproximación es complementada por algunos pasajes merecidamente celebres, de una de las obras clásicas del marxismo, el multicitado prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política, obra escrita casi 15 años después que La Ideología Alemana, y en la que se presenta una síntesis del resultado general al cual llegó Marx al final de sus estudios de economía política, del siguiente modo: "..en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser; por el contrario, su ser social es lo que determina su conciencia. En una fase determinada de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas evolutivas de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas. Entonces se abre una época de revolución social..."
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La tesis planteada por Marx en el pasaje precedente, en el sentido de que las revoluciones sociales son resultado de la contradicción entre las relaciones de producción que se convierten en "trabas" del desenvolvimiento de las fuerzas productivas, será retomada por mi en los apartados de: Urbanización y fuerzas productivas-destructivas del capítulo El ecocidio de la urbanización capitalista.


Pero volvamos a Marx en su citado prólogo: "...Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productivas que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y superiores no se sustituyen jamás en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad... Esbozados a grandes rasgos, los modos de producción asiáticos, antiguos, feudales, y burgueses modernos pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación social económica. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso de producción social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación social termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana."
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Estas lineas muestran, a mi parecer, una especie de visión sumaria de Marx a los 40 años, el mismo año que Darwin publicara Origenes de las especies. Y aunque sin duda, no es esta la versión más acabada de su pensamiento, pues cabe recordar que aún vivió 24 años más de incansable estudio y trabajo, ya que murió en la misma ciudad de Londres en la que años atrás escribiera su prólogo, en el año de 1883, el mismo en el que ese otro gran pensador del XIX publicara su Así hablaba Zaratustra. Y en el nuevo continente el tristemente célebre Rockefeller fundara la Standart Oil Co.


Esta caracterización del pensamiento de Marx en relación con el mito del desarrollo se establece en la proposición implícita, y después explicitada por seguidores y exégetas de considerar el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y su relación contradictoria con las relaciones de producción vigentes para distinguir la etapa del desarrollo histórico en que se encuentra una formación económica social concreta, de tal modo que se pueda predecir el "..curso futuro de las evoluciones económicas y en especial de las revoluciones."


Según señala Popper, el "historicismo" y el "economicismo" son los cuestionamientos básicos al pensamiento de Marx y sobre todo de sus seguidores, en quienes reconoce "..A docenas de poderosas mentalidades, convencidas que la profecía histórica era el método científico indicado para la resolución de los problemas sociales.."
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Esta 'certeza científica' proporcionada por la ciencia de la historia se acomoda de una manera esplendida con algunos de las tradiciones de la civilización occidental, etnocentrica, cristiana y democrática, tales como: "...La idea platónica de la justicia, la idea medieval del autoritarismo cristiano, la idea de Rousseau de la "voluntad general", o las ideas de Fichte y Hegel sobre la liberación nacional..."33


Por ejemplo: Gonzáles Pedrero utiliza como metodología para analizar el fenómeno del subdesarrollo, la relación dialéctica de la antinomia riqueza-pobreza, al afirmar que: "...El problema del subdesarrollo económico responde, pues, en términos generales al análisis de la dominación y la servidumbre que Hegel expuso en la Fenomenología.."
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Más adelante pasa a identificar los dos polos de la antinomia, o sea, la riqueza o desarrollo que tiene la necesidad de mantener a su contrario, la pobreza o subdesarrollo.".. De este ángulo positivo de la antinomia surgen varios elementos:
a.-) Existe una relación dialéctica entre el desarrollo de unas regiones y el subdesarrollo de otras.
b.-) Esta relación dialéctica produce en forma "natural por así decir, una relación de intercambio producto de una división del trabajo, según la cual los países subdesarrollados producen con su trabajo la materia prima que elaboran las regiones desarrolladas.
c.-) Es obvio que para este comercio y esta "división del trabajo" no es conveniente ninguna modificación del esquema de la dominación y la servidumbre.
d.-) Estos presupuestos lo mismo se realizan en lo interno, en cada país, como en lo internacional."
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Por otro lado señala el reverso de la antinomia, su necesaria dimensión negativa:
a.-) Existe una tajante separación, una contradicción entre los intereses y objetivos de ambas regiones.
b.-) Esta contradicción ha producido una lucha (abierta o sorda) entre las mismas.
c.-) La lucha sólo terminará cuando los países subdesarrollados naturalmente realicen como lo vienen haciendo su liberación nacional
d.-) Es a partir de este momento -la Revolución- cuando los países subdesarrollados rescatan su soberanía enajenada y pueden libremente comenzar su proceso de desenvolvimiento económico.
De tal manera que la nueva 'clave' para el desarrollo económico de los países subdesarrollados es obtener su 'liberación nacional'. Seguramente como la obtenida por Argelia, Cuba, Vietnam o Kampuchea, o cualquier otro país gobernado por esos sátrapas, invariablemente universitarios que se autodefinen como "socialistas y revolucionarios".
Para concluir, Gonzáles Pedrero intenta demostrar: "..que la profecía histórica del marxismo.." que había previsto la "revolución" en los países de "capitalismo maduro" realmente no ha fallado, pues lo que pasa es que: "..Si los países capitalistas han podido atenuar la ebullición del conflicto social, ha sido gracias a la elevación relativa de los niveles de vida de sus proletariados respectivos, como resultado del mantenimiento de los pueblos subdesarrollados a niveles bajísimos de vida, con grandes masas pauperizadas y miserables.."
36 Esto es, se ha transferido el conflicto social - proletariado vs burguesía- al plano internacional.


"Al ampliar los mercados, y la exportación a los países subdesarrollados, los países industriales tuvieron la posibilidad de aumentar los niveles de vida de sus clases trabajadoras, (evadiendo el supuesto marxista de una crisis de subconsumo que produciría una creciente pauperización). Esto, naturalmente, retrasó y retrasará todavía el proceso revolucionario en los países altamente industrializados -por paradójico que parezca- hasta el momento que los subdesarrollados se liberen de las trabas que los oprimen. El paréntesis que ha sostenido al mundo capitalista desaparecerá gracias a esta revolución, humana, nacional y democrática, que es la Revolución de los países subdesarrollados, la Revolución de los esclavos de que hablaba Hegel."
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Para no dejar lugar a dudad, ese dialéctico neohegeliano, supone simplemente que en la medida que los "esclavos" o "pobres" o "subdesarrollados" logren su liberación nacional, entonces los presupuestos marxistas "entrarán nuevamente en vigor", y con esto los "amos" o "ricos" o "desarrollados" entrarán en el anunciado proceso de su "Revolución social", para construir, con auxilio de sus vanguardias, el "verdadero socialismo" anunciado por San Marx en sus profecías.
En otra obra clásica del análisis marxiano del subdesarrollo, el autor comienza con una brillante perogrullada: "La historia del subdesarrollo latinoamericano es la historia del desarrollo del sistema capitalista mundial.."
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Para pasar a demostrar con un exhaustivo análisis histórico, las causas y características de los países subdesarrollados en América Latina. Entre estas últimas distingue el "populismo" y el "bonapartismo" que han usado las burguesías locales para enfrentarse a sus adversarios, y afirmar el principio fundamental, con esto, del sistema subdesarrollado, vale decir la "super explotación del trabajo".


"Tomada en su perspectiva histórica más amplia, una América Latina integrada al imperialismo no es más viable que la supervivencia del sistema imperialista mismo. La super explotación del trabajo en que se funda el imperialismo, y bajo cuyo signo se pretende integrar a los países de la región, establece una tal arritmia entre la evolución de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción que no dejan prever sino la derrocada del sistema en su conjunto.."
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Y esto mediante "..El avance incontenible de las masas explotadas el que orienta inevitablemente hacia la sustitución del actual sistema de producción por otro que permita la plena expansión de las fuerzas productivas y resulte en una elevación efectiva de los niveles de trabajo y de consumo, vale decir, el sistema socialista.."
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Para Marini, el desarrollo consiste entonces, en "sustituir" el "sistema productivo" impuesto históricamente por el imperialismo. Con otro sistema que permita la "plena expansión de las fuerzas productivas" y permita armonizar las relaciones de producción con las nuevas fuerzas productivas expandidas, algo así como la "elevación efectiva del industrialismo democrático", pero en los países periféricos. Sin mencionar en absoluto la destructividad inherente ligada a estas "nuevas fuerzas destructivas"
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Podría seguir comentando -ad infinitum- la multitud de obras producidas en torno a este polémico tema, desde la perspectiva marxiana, sin embargo, y dada las limitaciones de este trabajo, simplemente daré por terminada esta sección, sin pretender desde luego haberla agotado. Pues mi intención se limita a terminar, directa y explicitamente con el sueño de exportar los actuales niveles de vida y consumo del "american way of life", o del modelo de socialismo soviético, o cualquiera de los socialismos existentes.


Quizá Zaid tenga razón en señalar que: "..Ningún progreso parece hoy más urgente que superar la ciega voluntad de progreso.."
42 pues cada vez queda más claro que: "..las grandes ciudades del mundo se parecen más entre si, que a sus remotos interiores aldeanos: encabezan la cultura del progreso que (por las buenas o por las malas) se ha impuesto a todas las culturas tradicionales. El saber, el poder, el dinero, los privilegios, se han ido concentrando en las grandes ciudades a través de organismos centralizadores, estructurados piramidalmente y encabezados por universitarios (quienes), en parte por intereses miopes y en parte por razones de fe, creen que su propio crecimiento es la vía del progreso de todos, como si fuera imposible o indeseable apoyar la economía de subsistencia, en vez de lamentarla; ofrecer medios rústicos, modernos y eficientes de producción doméstica de alimentos, ropa y techo, que le permitan a la población rural atenderse a si misma.."43


Ahora sabemos con toda claridad que las viviendas de interés "social", los ejes viales, las escuelas y universidades, los hospitales, los manicomios, las cárceles, en fin los territorios "urbanizados" que se nos imponen a manera de camisas de fuerza "espaciales", a nombre del desarrollo económico o del progreso histórico del mundo occidental, racional y democrático. No son otra cosa que la internalización de la sumisión voluntaria, hecha carne de nuestra carne, idea de nuestras ideas, norma rectora del quehacer cotidiano.


Este mismo 'desarrollo urbano' que se nos impone en México, con todas las características "democráticas" que la revolución institucionalizada provee, tales como: "La libertad de tránsito y de asentamiento.." la que es sacramentalmente respetada como uno de los: "..principios fundamentales de la convivencia, pues repetimos ahora lo que siempre hemos dicho: la concepción más acabada de la perdida de Libertad es la cárcel que cancela la Libertad de tránsito y obliga la de asentamiento.."
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De modo que esos "principio fundamentales de convivencia" que constituyen la "Libertad de asentamiento" y la de "transitar libremente" de ir y venir, de circular de un lado a otro, aunque enteramente cautivos de esa libertad fútil de ir y venir por las avenidas del poder, son el más eficaz grillete para "transitar con libertad" por esta versión cinematográfica del campo de concentración: la megalópolis industrialista.

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